Los negocios del Sr. Lamela
22/03/2006
Los otros negocios de Lamela
El protegido de Aguirre multiplica en 11 años por 2.000 el capital de su empresa
PEDRO ANTONIO NAVARRO
La apretada agenda de Manuel Lamela, el cuestionado consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid que, sin embargo goza del máximo apoyo de Esperanza Aguirre, de la que es uno de sus más cercanos allegados, también deja un espacio para la actividad empresarial.
El versátil político es propietario, junto a su padre y su madre, de una empresa dedicada a la lucrativa actividad inmobiliaria. Inversiones Lamela Campos, S.L., nombre de la compañía, iniciaba su andadura en 1992 con un capital social de 500.000 pesetas. El negocio no ha ido nada mal, y hoy cuenta con un capital social que excede los seis millones de euros, o lo que es lo mismo, 1.013 millones de las antiguas pesetas.
En junio de 1992 se registraba la sociedad Inversiones Lamela Campos, S.L., con un capital social de 500.000 pesetas, suscrito por el actual consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Manuel Lamela Fernández, y sus padres, Manuel Lamela López y Carolina Fernández Blay, en la que el mandatario madrileño figuraba como administrador único. Su objeto social consistía en “operaciones inmobiliarias de cualquier naturaleza, consistentes tanto en la explotación económica de inmuebles, en régimen de alquiler o a través de cualquier otro sistema o título jurídico que procure su aprovechamiento económico, como en la actividad de adquisición y transmisión de los repetidos inmuebles para realizar su valor de cambio por medio de cualquier título jurídico”, aunque también reservaban parte de su función al “asesoramiento jurídico, contable y financiero, en orden a la promoción y constitución de empresas”. Cuatro años después, coincidiendo con su nombramiento como subsecretario en la Administración de la primera legislatura de Gobierno, Lamela dejaba el “puesto” a su madre.
Ampliación de capital
El negocio no podía marchar mejor, porque en marzo de 2002, su empresa inmobiliaria realizaba una espectacular ampliación de capital, multiplicando el inicial medio millón por 1.700. Entonces se emitieron acciones por valor de 5.186.734 euros, es decir, 863 millones de las antiguas pesetas, suscritos en su totalidad por los tres miembros de la familia. Debían ser buenos tiempos, porque, apenas un año después, en abril de 2003, una nueva ampliación redondeaba el valor de Inversiones Lamela Campos. En esa ocasión, padre, madre e hijo desembolsaban otros 899.997 euros –casi 150 millones de pesetas más- para ser titulares de una compañía valorada en 6.089.632 euros, ó 1.013 millones de pesetas.
Director del Gabinete de Rodrigo Rato
Ya nos encontrábamos en plena segunda legislatura del Gobierno del Partido Popular, y el consejero Lamela ejercía entonces como jefe del Gabinete del ministro de Economía, Rodrigo Rato, y con un fulgurante futuro político por delante. La gran ampliación de capital era suscrita nominalmente, de modo muy mayoritario por sus padres. Manuel Lamela López suscribía 473.360.000 pesetas de la operación. La madre, Carolina Fernández Blay figuraba con otras 374.540.000 pesetas, mientras que el actual consejero de Sanidad madrileño, asumía a su nombre algo más de 15 millones de pesetas.
Un consejero permanentemente cuestionado
Lamela no es conocido por el gran público por sus lucrativas actividades privadas, sino por radicalizadas decisiones al frente de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. En su departamento, desoyendo los informes elaborados en el Hospital Severo Ochoa de Leganés, se hicieron eco de unas denuncias anónimas sobre sedaciones que, supuestamente hubieran ocasionado el fallecimiento de varios pacientes. La Consejería envió inspectores y en marzo de 2005 difundía la “noticia” de que podrían haberse producido 400 muertes por sedación. Se destituyó al jefe del Servicio, el doctor Montes y al gerente y al director médico del hospital. Lamela decidió instalar cámaras en los pasillos para evitar las reuniones y concentraciones de los trabajadores del Severo Ochoa, a los que se amenazó con expedientes en caso de proseguir con las protestas. La oposición presentaba una moción de reprobación contra Lamela. Paralelamente, la Fiscalía de Madrid daba a conocer el informe de la clínica fornse, que establecía que no existía relación entre los fallecimientos y las sedaciones en los 13 casos más controvertidos.
No es su única actuación polémica. La Comunidad de Madrid ha sido excluida del registro del Sistema Nacional de Salud, por la falta de homogeneidad de su contabilidad con el resto de las comunidades autónomas. La cuestión de fondo de este asunto está en las listas de espera. Fueron uno de los principales argumentos electorales en la campaña de Esperanza Aguirre. La presidenta vinculaba su propia permanencia en el cargo a la consecución de la disminución de los tiempos de espera a un máximo de 30 días. Pewse a que los trabajadores de la sanidad pública denuncian que se excede con mucho estos tiempos, laq “ingeniería contable” aplicada por la Consejría de Sanidad, maquilla las cifras reales con sospechosas exclusiones de las listas.
Cargo público, negocios privados
Pese a tratarse de dos actividades profesionales tan dispares, la inmobiliaria y la sanidad, y desarrollarse en ámbitos distintos, el privado y el público, el consejero Lamela se ha empleado con igual desenvoltura en ambas, aunque sus preferencias parecen decantarse por el modelo privado de gestión, como ha demostrado en diversas ocasiones, como , por ejemplo, con el nombramiento de Juan José Bestard Perelló, ex consejero delegado de la quebrada empresa Actualidad Sanitaria, S.A., como gerente de la Fundación Hospital de Alcorcón –hasta noviembre de 2005-. El modelo de “fundaciones”, adoptado en 1997, permite una gestión privada de centros sanitarios públicos, aspecto muy contestado por los profesionales sanitarios y toda la oposición madrileña.
1 comentario
Josechu -